Deja ir a mi pueblo para
que me sirva
20 de septiembre,
2011
“Ciertamente he visto la
aflicción de Mi pueblo que está en Egipto, y he oído su
clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus
sufrimientos.
Yo he descendido para
librarlos de la mano de los egipcios y para SACARLOS de
aquella tierra a una TIERRA BUENA y AMPLIA, una tierra
que fluye leche y miel.” (Éxodo
3:7-8)
Jehová dijo a Moisés: “Y Faraón no os
oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y SACARÉ a mis
ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra
de Egipto, CON GRANDES JUICIOS”. (Éxodo
7:4)
El Señor prometió sacar a su pueblo, sus
hijos, sus ejércitos de la esclavitud. ¿Pero cómo pudo
conseguir esto? Notemos,
“Con grandes juicios”. Fueron los
Juicios Divinos que cayeron sobre los dioses de Egipto,
los que consiguieron por fin que Faraón les
soltara. Cada plaga era un
juicio de Dios dirigida contra algo que Egipto adoraba,
respetaba o veneraba.
“Entonces el SEÑOR dijo a
Moisés: Ve
a Faraón y dile:
“Así dice el SEÑOR: ‘Deja ir a mi
pueblo para que ME SIRVA.” (Éxodo
8:1)
La declaración Divina, “Deja ir a mi pueblo
para que me sirva”, es el propósito
de Dios para hoy. El propósito de
sacarnos y librarnos es para que le SIRVAMOS de todo
corazón. Lo
que nos impida servir a Dios de todo corazón es lo que
constituye “el mundo”. Jesús dijo “Al Señor tu Dios
ADORARÁS, y a él solo SERVIRÁS” (Lucas
4:8). Si adoramos a
Dios con todo el corazón es inevitable que le sirvamos.
El que
adora sirve, y el que sirve correctamente, adora. Los verdaderos
adoradores de Dios le sirven en santidad y de
corazón.
En la profecía de Zacarías, padre de Juan
el Bautista, vemos reflejado el propósito eterno de Dios
para su pueblo:
“Salvación de nuestros
enemigos y de la mano de todos los que nos
aborrecieron... Que, librados de
nuestros enemigos, SIN TEMOR LE SERVIRÍAMOS en
santidad y en justicia delante de él todos nuestros
días” (Lucas 1:71 y 74-75).
No podemos servirle si aún estamos bajo la
SERVIDUMBRE de los enemigos de la vida espiritual. ¿Cuáles son los
enemigos de tu vida espiritual los cuales te impiden
servir a Dios? Los enemigos de
Dios son los enemigos de nuestra alma, incluyendo la
carne y todas las pasiones que combaten contra el alma.
Todo lo que
nos enreda e impide nuestra disponibilidad para servir a
Cristo es un enemigo.
DIOS
SIEMPRE TIENE UN PLAN PARA
LIBRAR
El pueblo de Israel había sido esclavo
durante 400 años en Egipto, donde estaba bajo opresión y
servidumbre, pero además había sido influenciado por las
religiones de los paganos. Antes de que Dios
pudiera librar al pueblo de Israel de la esclavitud de
Egipto, tuvo que LIBRARLE de la INFLUENCIA de la
idolatría.
Egipto era una nación orgullosa, la nación
más avanzada y poderosa en ese tiempo. Adoraban dioses
falsos y confiaban en ellos para su protección,
prosperidad y seguridad. Pero esa
adoración a los dioses falsos realmente creó un sistema
diabólico que ataba y esclavizaba a la nación. Eso es lo que la
idolatría hace en cualquier nación, forma una estructura
demoníaca sobre el territorio que mantiene a la gente
cegada y atada en tinieblas.
A través de la idolatría el diablo tiene
libertad y derecho de oprimir un país causando
corrupción moral, miseria y enfermedades. Quien está
entronado tiene el derecho de gobernar. Esta era la
situación en Egipto antes del éxodo. Para que Israel
saliese, era necesario no sólo romper el poder de los
dioses de Egipto, sino establecer la adoración a Dios.
Por eso el
Señor dijo:
“ … 'Así dice el
Señor, el Dios de los hebreos: Deja ir a mi
pueblo, para que ME ADORE.” (Éxodo
9:1)
Donde Dios es entronado por la adoración
de su pueblo, tronos de iniquidad tienen que caer.
Algo muy similar está ocurriendo en
España. Dios está sacando
a su pueblo de la esclavitud a los dioses falsos de esta
nación, en los cuales muchos confían para su prosperidad
y seguridad. Nos está librando
de toda idolatría, de toda confianza en cosas falsas
donde creemos tener nuestra seguridad. Nos está librando
del pecado y del reino de las tinieblas, pero antes
tenemos que limpiar nuestros corazones de toda
INFLUENCIA inicua del mundo y tomar el lado de Dios.
Dios quiere
librar a su pueblo de SEGURIDADES FALSAS y poner nuestra
confianza totalmente en Él. La iglesia tiene
muchas ataduras y hay poca disponibilidad para servir a
Dios.
Personalmente no veo otra forma de
desarraigar al pueblo de Dios de sus ataduras al
materialismo y librarles del dios de este mundo. El dios Mamón, la
estabilidad económica, el amor al placer, el ocio etc.
tendrá que caer antes de que el pueblo de Dios sea
librado del mundo.
LOS
DIOSES PAGANOS
“Por lo tanto, ve a decir a
los israelitas que Yo, el Señor, VOY A LIBRARLOS DE SU
ESCLAVITUD y de los duros trabajos a que han sido
sometidos por los egipcios. Desplegaré Mi
poder y los salvaré con GRANDES ACTOS de JUSTICIA.”
(Éxodo
6:6)
En Egipto adoraban a una serie de dioses y
diosas que prometían ofrecer protección para cada clase
de necesidad o problema. Los egipcios
pusieron gran fe en sus dioses, pero eran realmente
demonios, que mantenían al país en terrible esclavitud.
Con las
diez plagas, Dios demostró que es una necedad confiar en
dioses falsos. Todas las plagas
que Dios envió sobre Egipto para obligar a Faraón a
librar los esclavos, eran “confrontaciones” con los
dioses que gobernaban esa tierra. Cada plaga era
contra una deidad egipcia.
LA
PLAGA DE LA SARNA
Por ejemplo, en la plaga de la sarna, Dios
retó a los dioses egipcios que decían que tenían el
poder de sanar. Los magos y
médicos egipcios hacían sacrificios humanos sobre un
altar, quemando sus cuerpos y esparciendo las cenizas.
Ellos
pensaban que esa ceniza curaba a la gente. Moisés para
confrontar a ese dios, tomó polvo y lo esparció en el
viento y vino sarna y llagas sobre la gente. Sus magos no
podían curarles. Dios mostró que
sólo Él era el sanador “Jehová Rafa”.
“Y dijo: Si oyeres
atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo
recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna
enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a
ti; porque YO SOY JEHOVÁ TU SANADOR.” (Éxodo
15:26)
Y Dios continúa demostrando hoy que la
sanidad viene a través de Él.
LA
PLAGA DEL GRANIZO
“He aquí que mañana a estas
horas Yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo
en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora.” (Éxodo
9:18)
En Egipto, había una diosa llamada Nut,
diosa del cielo, que era la esposa de Geb, dios de la
tierra. La
gente creía que si servían a Nut serían protegidos de
tormentas, relámpagos, granizo y cualquier fuerza
destructiva de la naturaleza. Dios confrontó
ese príncipe satánico enviando granizo que destruyó los
granos, frutales e incluso los animales. Allí vieron que
el poder de Nut para protegerles era falso.
Tenga en cuenta que Moisés le advirtió a
Faraón de todo lo que iba a pasar antes de que pasara.
Dios
siempre avisa antes de enviar sus juicios, porque quiere
que el hombre se arrepienta y cambie.
LA
PLAGA DE LA LANGOSTA
"Porque si te niegas a dejar
ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu
territorio.” (Éxodo
10:4)
En la plaga de las langostas, Dios derrotó
a varios de sus dioses. Shu era el dios
que controlaba los vientos y confrontando ese demonio
Dios hizo soplar un viento fuerte del este que trajo
langostas que comieron todo lo que había quedado de la
plaga de granizo.
Nephri era la diosa que guardaba el grano
y Renenutet diosa de la cosecha. Geb, dios de la
tierra y Heset dios de la abundancia. A través de la
plaga de las langostas, Dios despojó la prosperidad de
los egipcios. Confiaban en
todos estos dioses para producir y asegurarles una buena
cosecha y prosperidad. Dios demostró que
solo Él puede suplir y asegurar todo lo que nos falte.
NO
PROSPERAREMOS FUERA de ÉL.
El temor y el deseo son dos fundamentos
para la idolatría. El temor de
escasear y el deseo de prosperidad, llevaron a los
egipcios a servir dioses falsos. La idolatría y
el temor a faltar traen maldición, miseria, pobreza, y
enfermedad.
Dios antes de sacar a su pueblo de Egipto
tenía que SACAR de sus CORAZONES toda DEPENDENCIA de los
DIOSES FALSOS. Hoy en día Dios
está confrontando el dios Mammon, dios del dinero,
permitiendo una crisis económica para librar a su pueblo
de la dependencia del dinero, la avaricia, y el amor al
dinero.
El reino de las tinieblas ha creado una
estructura o jerarquía para tener al mundo en esclavitud
y bajo su control.
Dios nos está librando de todo tipo de idolatría
para que aprendamos a vivir por la fe CONFIANDO
TOTALMENTE en ÉL.
Después de sacar a los Israelitas de la
esclavitud de Egipto les dio de comer maná, para que
aprendiesen que el hombre necesita MÁS que las COSAS
MATERIALES y que “no sólo de pan vivirá
el hombre, sino que el hombre vivirá de TODA PALABRA que
sale de la BOCA DE JEHOVÁ”.
LA
PLAGA DE OSCURIDAD
El dios más respetado en Egipto era Ra,
dios del sol, el que según creían, traía la luz. Su rival y
adversario era el dios Apep que gobernaba las tinieblas.
Dios envío
una oscuridad palpable sobre Egipto, unas densas
tinieblas, confrontando su dios Ra. Pero dio luz a
Goshen, donde vivían los Israelitas, confrontando al
dios Apep.
Dios demostró que Él reina sobre la luz y
las tinieblas. El Señor puede
traer luz en cualquier lugar por más oscuro que sea.
Dios quiere
que sepamos que Él tiene el poder de vencer todas
tiniebla. Lo hace cuando le
buscamos a Él para la revelación que necesitamos. Dios es luz y en
Él no hay tinieblas. Él hizo
resplandecer la luz del evangelio en nuestros corazones
mostrándonos a Jesucristo, la luz del mundo.
EL
ÁNGEL DE LA MUERTE
“Y el SEÑOR dijo a Moisés:
Una plaga
más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la
cual os dejará ir de aquí… Como a medianoche
yo pasaré por toda la tierra de Egipto, y morirá todo
primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito
de Faraón que se sienta en su trono, hasta el
primogénito de la sierva que está detrás del molino;
también todo primogénito del ganado.” (Éxodo 11:1, 4-5)
Plaga tras plaga, Dios confrontó a los
dioses de Egipto, pero aun así, Faraón no dejaba ir al
pueblo de Israel. El juicio final
fue el ángel de la muerte que mató a todo primogénito de
Egipto.
Esta plaga confrontó al mismo Faraón, que pensaba
que él era un dios y que tenía el poder de la vida y la
muerte. Se
le consideraba la autoridad suprema y demandaba
adoración. Dios le mostró
que no podía guardar ni a su propio hijo y que el poder
de la vida y la muerte lo tiene solamente Dios. Esta plaga rompió
la altivez de Faraón.
Los egipcios creían en su diosa Isis, la
diosa que supuestamente guardaba a los niños. Los egipcios
anteriormente habían tirado a los hijos de los
Israelitas al río Nilo para que fueran devorados por los
cocodrilos pero su pecado les cayó sobre su propia
cabeza cuando el ángel de la muerte pasó sobre Egipto y
donde no veía la sangre del cordero, traía la
muerte.
Dios les avisó de antemano que lo iba a
hacer si no dejaba libre a su pueblo. También dio una
forma de escape a cada uno que creía su aviso,
sacrificando un cordero y poniendo esa sangre en los
postes y dinteles de las puertas de sus casas. La sangre del
cordero se aplicaba con Hisopo, una hierba amarga que
representa el dolor del arrepentimiento para así poder
recibir los beneficios de la sangre del Hijo de
Dios.
El diablo antes trajo muerte engañando a
Adán y Eva. Jesús nos libró
de aquel que tenía el poder de la muerte, muriendo por
nosotros en la cruz, como el Cordero expiatorio. Nuestra victoria
sobre la muerte no viene por ninguna fuerza de voluntad
o por ningún otro poder sobrenatural. Viene por el
poder de la sangre de Jesús.
La CARNE del cordero, representa el Verbo,
la Palabra de Dios hecho carne. La SANGRE
representa el Espíritu Santo que da vida a la Palabra y
si comemos la Palabra de Dios, tendremos vida eterna.
Dios a través de Moisés cambió el río Nilo
en sangre destruyendo la confianza que tenían en ese
dios de fertilidad y vida. Lo que era para
ellos vida, Dios lo cambió en muerte.
La sangre que representa la muerte de un
cordero inocente, Dios la cambia en vida para aquel que
cree y aplica su sangre a su corazón, la puerta de su
alma.
Todo lo que Dios hizo en el Antiguo
Testamento apuntaba hacia el sacrificio de Jesucristo,
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El que cree el
evangelio y recibe a Jesucristo como Señor y Salvador
será libre de la muerte eterna y el que no cree, caerá
bajo el juicio de Dios.
Dios ha entregado al mundo a su Hijo
primogénito, para librarnos del castigo de la muerte y
bendecir con su presencia todo aquel que cree. El que cree no es
condenado pero el que no cree, ya ha sido condenado.
CONCLUSIÓN
Los egipcios confiaban y dependían de sus
dioses falsos para suplir sus necesidades. Un dios falso es
algo o alguien en QUIEN CONFIAMOS que está en
COMPETENCIA con el Dios verdadero. Los dioses
paganos les infundían miedo y por eso sacrificaban a
esos dioses. Estos dioses
falsos también prometían protección y prosperidad. Cuando hay temor,
no hay confianza. Nosotros también
podemos tener miedo cuando falla algo en la que hemos
dependido.
Antes de que el Señor nos pueda sacar de
cualquier esclavitud tiene que librarnos del temor a que
nos falte provisión y toda dependencia que no sea
suplida por Él. El pueblo judío
había visto palpablemente la mano de Dios al traer
plagas contra Egipto. Vieron cómo Dios
les había rodeado de luz en Gosén cuando los egipcios
estuvieron en la oscuridad. Vieron la
protección de Dios para librarles del ángel de la muerte
cuando esparcieron la sangre del cordero sobre sus
puertas. Vieron abrirse el
Mar Rojo y miraron con asombro cómo desaparecieron sus
enemigos debajo del agua. Comieron el maná
que Dios proveía diariamente. Dios les mostró
que Él podía sobrenaturalmente suplir sus necesidades
físicas para que no estuviéramos ansiosos acerca de lo
que precisamos para comer o beber. Dios quiere
mostrarnos hoy que Él suplirá todas nuestras necesidades
según su riqueza en gloria por Cristo Jesús. Él es Jehová
Jireh, el Dios que provee. Él proveo el
sacrificio para librarnos del pecado y la muerte. Sobre todo
debemos depender exclusivamente de la sangre del Cordero
de Dios que nos libra de todo pecado y no confiar en
nuestra justicia.
Las plagas confrontaron los fundamentos y
valores primordiales de nuestras vidas. Trata con nuestro
sistema de valores. Si no
establecemos de dónde hemos venido y cómo vamos a
sobrevivir, corremos el peligro de poner nuestra
confianza en toda clase de ídolos para vencer nuestros
temores. Para evitar
idolatría tenemos que ser FUNDADOS en la VERDAD.
A través de las plagas de Egipto, Dios
demostró su poder sobre todos sus dioses. Dios también
quiere derribar toda fortaleza y atadura en nuestras
vidas. Él
se quiere mostrar FUERTE a favor de su pueblo. Dios quiere
librarte de toda atadura del enemigo también. Por eso vino
Jesús a proclamar libertad a los cautivos.
Confronta tus temores con la fe en la
Palabra. Dios es un Dios
de milagros y no nos desamparará en nuestras
pruebas.
“¿Por qué gastáis el dinero en
lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?
Oídme
atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra
alma con grosura.
Inclinad vuestro oído, y venid
a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con VOSOTROS
PACTO ETERNO, las misericordias firmes a David.” (Isaías
55:2-3)
Guerrero, confronta a todos los dioses
falsos de este mundo y ¡sirve solamente al único Dios
Soberano!
¡Ebenezer! ¡Hasta aquí nos
libró Jehová!
En el amor de Cristo,
Daniel