La Mesa
del Señor
22 de mayo,
2010
“No podéis beber la copa del
Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar
de la mesa del Señor, y de la mesa de los
demonios.
¿O provocaremos a celos al
Señor?
¿Somos más fuertes que Él?
Todo me es lícito, pero no
todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”
(1ª
Corintios 10:21-24)
Queridos y amados hermanos,
San Pablo por inspiración Divina, declara
tajantemente que no podemos participar de la mesa del
Señor y de la mesa de los demonios. Dijo que haciendo
esto estamos provocando al Señor a celos.
Dios preparó para su pueblo una mesa en el
desierto. Al salir de
Egipto, Dios LES CAMBIÓ SU DIETA. Ya no comían los
ajos, los puerros y la carne, sino el maná que el Señor
les proveyó milagrosamente. Nosotros que
hemos SALIDO del Egipto espiritual, o el mundo, no
debemos comer de la mesa que prepara el príncipe de este
mundo. San
Juan describe lo que significa la palabra “mundo” en 1ª
Juan 2:16:
“Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino
del mundo”.
El mundo promete felicidad; pero el
propósito del diablo es debilitarnos y despojarnos de la
gloria de Dios. La
Biblia enseña que los manjares del
mundo son VENENO para el creyente y explica que el amor
al mundo constituye ENEMISTAD con Dios. Incluso describe
que los que aman al mundo se constituyen adúlteros y
adúlteras y provocan a celo al Señor: “¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis
que la amistad del mundo es enemistad contra
Dios?” (Santiago 4:4)
La
Palabra nos amonesta:
“Salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, y NO TOQUÉIS LO INMUNDO; y yo
os recibiré.” (2ª
Corintios 6:17)
El diablo tentó a Cristo en el desierto
con su buffet de TRES DELICIAS, lo mismo que a nosotros.
Dios probó
a los Israelitas en el desierto para ver lo que había en
sus corazones y vio que algunos se rebelaban y quisieron
volver a Egipto para comer de lo que comían allí. Cristo también
fue tentado en el desierto, pero VENCIÓ porque tomó el
lado de Dios y RESISTIÓ al diablo CONFESANDO
la
Palabra y así le hizo huir. Jesús nos
recuerda como la esposa de Lot volvió su mirada a Sodoma
y se convirtió en un monumento para que recordemos el
peligro de volver atrás.
9
“Donde me tentaron vuestros padres; me
probaron, y vieron mis obras cuarenta
años.
10
A
causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y
dije: Siempre andan
vagando en su corazón, y no han conocido mis
caminos.
11
Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi
reposo.
12
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno
de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse
del Dios vivo;
13
antes exhortaos los unos a los otros cada
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que
ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del
pecado.
14
Porque somos hechos participantes de
Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin
nuestra confianza del principio.”
(Hebreos
3:9-14)
La
mesa del diablo
Hoy en día, el enemigo de nuestras almas
ha preparado una mesa con todos sus manjares para
atrapar y esclavizar al pueblo de Dios. Al igual que
Faraón no quiso dejar libre al pueblo de Dios, de igual
manera el príncipe de este mundo se resiste en dejar ir
a los que Dios está llamando.
A través de la
CONCUPISCENCIA de los OJOS y los deseos
ilícitos de la carne, atrae al descuidado como lo hizo
con Eva, y lo hace comer del árbol prohibido. Debemos
preguntarnos, ¿Qué “comida” le estoy dando de comer a mi
mente y a mi alma? ¿De que me estoy
alimentando?
Por ejemplo, la “comida” de las películas
de cine. Es
imposible que los que escriben los guiones para las
películas, no expresen algo de lo que ellos son y de lo
que piensan. Del corazón
degenerado y perverso solo salen malos pensamientos,
adulterio, fornicación, perversión, temores, amarguras y
violencia. La pantalla del
cine y la mayoría de programas de televisión, están
llenos de estas expresiones e intenciones de Satanás.
Cuando el
creyente mira estas cosas en los medios de comunicación,
está “comiendo” de la mesa de los demonios, y su mente
se contamina y su espíritu se enfría.
Cuando los Israelitas en el desierto
CODICIARON CARNE, Dios les envió miles de codornices y
cuando en sus deseos carnales las comieron, se
enfermaron y muchos se murieron, porque no pudieron
asimilar la carne.
“Aún estaba la carne entre los
dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la
ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová
al pueblo con una plaga muy grande.
Y llamó el nombre de aquel
lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al
pueblo codicioso.” (Números
11:33-34)
Así está pasando hoy en día, muchos
creyentes están enfermos y debilitados espiritualmente y
algunos duermen la muerte eterna por no discernir el
cuerpo de Cristo y desean participar y comer de la mesa
del Señor y de la mesa de los demonios también.
Si comemos de la mesa del diablo, se
alimenta la naturaleza pecaminosa, y somos hinchados con
la levadura de este mundo. La levadura de
orgullo y autosuficiencia, hincha e infla y así se
mezcla la
CARNE con el ESPÍRITU. Si no damos
muerte a la carne y al “yo”, habrá una MEZCLA que
fermenta el evangelio y CONTAMINA NUESTRA OBRA por el
Señor. Así
que téngalo claro, no se puede, ni se permite comer de
la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.
Dios quiere que SEPAREMOS lo vil de lo
puro. La
Iglesia en su infancia era pura, cuando
se discernía alguna IMPUREZA o engaño, había disciplina
inmediata (como lo de Ananías y Safira) y así
la
Iglesia se multiplicó y creció en
gracia y en el temor de Dios.
La inmundicia del mundo es como la lepra
que contagia, y finalmente hace que las extremidades se
vuelvan insensibles al dolor, y luego desfigura los
dedos, la nariz y los pies. El pecado como la
lepra, hace que la CONCIENCIA
sea INSENSIBLE y endurece el corazón, después desfigura
la imagen de Cristo y aparece el rostro del viejo
hombre.
La lepra en la Biblia hacía
inmundas a sus víctimas, y los enfermos tenían que
apartarse de sus familias y de la sociedad. El pecado también
nos separa de la comunión de los santos y contamina y
contagia a los que son infectados.
“Pero si andamos en luz, como
Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
(1ª
Juan 1:7)
Las
mezclas
Pero quiero hablar de otra CONTAMINACIÓN
que es más sutil, pero igualmente peligrosa y es la
mezcla que se está viendo en las Iglesias. Es la mezcla de
doctrinas falsas mezcladas con unas frases de verdad que
atraen por las concupiscencias de la carne. El corazón humano
es naturalmente engañoso y perverso, y si uno viene
apelando a los instintos naturales de la vieja
naturaleza, será fácilmente engañado por su propio
corazón, incluso utilizando textos Bíblicos. Satanás quiso
engañar a Cristo utilizando textos Bíblicos y su
estrategia no ha cambiado. Judas los
describe así:
12
Estos individuos son un peligro
oculto: sin
ningún respeto convierten en parrandas las fiestas de
amor fraternal que ustedes celebran. Buscan sólo su
propio provecho. Son nubes sin
agua, llevadas por el viento. Son árboles que
no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente
muertos, arrancados de raíz.
13
Son violentas olas del mar, que arrojan la espuma de sus
actos vergonzosos. Son estrellas
fugaces, para quienes está reservada eternamente la más
densa oscuridad.
14
También Enoc, el séptimo patriarca a partir de Adán,
profetizó acerca de ellos: “Miren, el Señor
viene con millares y millares de sus ángeles
15
para someter a juicio a todos y para reprender a todos
los pecadores impíos por todas las malas obras que han
cometido, y por todas las injurias que han proferido
contra él.”
16
Estos individuos son refunfuñadores y criticones; se
dejan llevar por sus propias pasiones; hablan con
arrogancia y adulan a los demás para sacar ventaja.
17
Ustedes, queridos hermanos, recuerden el mensaje
anunciado anteriormente por los apóstoles de nuestro
Señor Jesucristo.
18
Ellos les decían: “En los últimos
tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias
pasiones impías”.
19
Éstos son los que causan
divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos,
pues no tienen el Espíritu.” (Judas
1:12-19)
Un
mensaje mezclado
El peligro actual no es sólo la mesa y el
buffet libre que prepara el diablo de las cosas del
mundo, sino que se ha infiltrado en la
Iglesia como ángel de luz y ha puesto
sus manjares en la mesa del Señor. Recuerda que el
diablo es un FALSIFICADOR y que un billete falso se
parece muchísimo al verdadero, si no fuera así no
engañaría a nadie.
“El problema es que se han
infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde
hace mucho tiempo han estado señalados para condenación.
Son impíos
que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y
niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor.”
(Judas
1:4)
Esta oleada de doctrinas falsas es una
MEZCLA de lo SANTO y de lo CARNAL. Apela a los
deseos naturales y a la avaricia. Los que lo
propagan buscan su propio beneficio y sacrifican a las
ovejas para su propio interés. Jesús dijo que el
buen pastor DA SU VIDA por las ovejas, no que se
aprovecha de ellas. Además, esta
mezcla parece promover gratificación personal y no un
verdadero cristianismo. Los partidarios
de estas doctrinas falsas, se basan en versículos
específicos de la Biblia, en sus
propias experiencias y en las formas de vida de
personajes bíblicos sacadas fuera de su contexto, para
apoyar así sus falsas afirmaciones.
DIOS ABORRECE LAS
MEZCLAS. Un poco de
levadura leuda toda la masa.
El mensaje de Dios no debe ser mezclado
con filosofías, prejuicios y humanismo. Somos embajadores
de Cristo y representantes de Su reino. El reino de este
mundo y el reino de Dios son TOTALMENTE OPUESTOS el uno
del otro. No comulguen con
las filosofías e ideas mundanas.
Las falsas religiones siempre apelan de
una forma u otra, al orgullo humano.
Satanás sabía muy bien lo que Dios había
dicho a Adán, y se lo repitió a Eva, pero luego, metió
su veneno, y contradijo lo que Dios había dicho. Primero metió
la
DUDA, luego la MENTIRA.
Pablo lo dice claro: “Mas si aun
nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
Evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema”. Y luego lo repite
para dar más énfasis. “Si alguno os
predica diferente Evangelio del que habéis recibido, sea
anatema”. Lo que contradice
la
Palabra, y tuerce los textos fuera de
contexto y enseña el Antiguo Testamento como doctrina,
es peligroso. El Antiguo
Testamento es la sombra de la REVELACIÓN
de la verdad. En la sombra no
tenemos claro la revelación completa de Dios.
Derek Prince, escribiendo acerca del gran
peligro del materialismo en la Iglesia hoy y
refiriéndose a una experiencia que tuvo con un canal de
televisión cristiano dijo:
“Lo que me escandalizó en ese
momento, y me sigue escandalizando hoy, es el hecho de
que a millones de norteamericanos se les estaba
presentando de manera continua un cuadro totalmente
falso del cristianismo. Se les predicaba
un cristianismo donde no tiene cabida la cruz, la cual
exige humildad, santidad y una vida de sacrificio. ¡Qué terrible es
advertir que las personas que han sido seducidas por una
presentación tal, quizás nunca lleguen a oír el
Evangelio verdadero!”
(“El
Juicio Comienza por la Casa de Dios”
por Derek Prince)
Un
Conducto mezclado
Dios también avisa que la boca no debe ser
fuente de agua salada y dulce. No debe bendecir
a Dios y maldecir a los hombres. Debemos cuidar lo
que sale de la boca, que no sea contaminado e infecte a
muchos. Personas con
amargura pueden contaminar su mensaje, pues el CONDUCTO
no es limpio y ensucia lo que sale por su boca.
Lo que es del alma, natural, puede llegar
a ser del diablo. Santiago habla de
la sabiduría de lo alto y de la sabiduría de lo
terrenal.
“14
Pero si tenéis celos, amargos y contención en vuestro
corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
15
porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,
sino TERRENAL, ANIMAL, DIABÓLICA.
16
Porque donde hay celos y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa.
17
Pero la sabiduría que es de lo
alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía.
18
Y el fruto de justicia se siembra
en paz para aquellos que hacen la paz.” (Santiago
3:14-18)
El apóstol habla de celos, contención,
confusión y perturbación como obras del diablo.
1.
Primero es terrenal – de la forma de
pensar del mundo.
2.
Segundo es de la naturaleza humana, no
crucificada, y
3.
Puede convertirse en diabólica.
Aquí el apóstol enseña que hay “SABIDURÍA”
que no es de Dios, revelaciones y profecías que pueden
salir de la carne. Dice que la
“sabiduría” que es contraria a la verdad, va
degenerándose a su destino final, primeramente es
TERRENAL, (opiniones y filosofías humanos), luego es del
ALMA, de las emociones, y al final degenera a lo
DIABÓLICA. Mientras va
evolucionando, se va siendo influenciada por espíritus
de error.
El resultado, el fruto lo manifiesta y descubre.
Por sus
frutos se conocerán.
Esta sabiduría produce, envidias,
rivalidades, competencias. Produce orgullo y
arrogancia, y al final hay confusión y todo tipo de
maldad. El
ORGULLO o la vanagloria es el peligro principal de la
vida cristiana. Lucifer cayó de
la gracia de Dios cuando quiso tomar un lugar que no le
correspondía.
El corazón debe ser PURO y no estar
dividido. Nuestro amor debe
ser sincero y no fingido. Nuestro espíritu
no debe ser infectado con los deseos de protagonismo y
control. Los mensajes,
profecías y consejos, deben ser del Espíritu Santo y no
mezcladas con nuestras propias ideas y opiniones.
Manifestaciones mezcladas
Hay manifestaciones sobrenaturales de
Dios, hay manifestaciones de los demonios y también hay
auténticas manifestaciones de los dones del Espíritu,
pero que pueden estar MEZCLADAS con el espíritu humano
contaminado, algo del alma que permite incluso una
influencia diabólica.
Por eso el apóstol Pablo dijo que uno
profetiza y los demás profetas juzgan. Tenemos un temor
carnal a juzgar cualquier manifestación que parece
sobrenatural y así permitimos que cualquier cosa pase
sin revisión, con el objetivo de no ofender a toda
costa. La
gente que escucha, no puede aprender a discernir si lo
falso o natural es aceptado como genuino.
Personas con problemas de rechazo, y
necesidad de ser reconocidos, la vanagloria del corazón
no santificado, deseos de impresionar y llamar la
atención sobre uno mismo; todo esto y mucho más puede
contaminar un carisma espiritual. Una mosca hace
que el ungüento huela mal. Dios dice,
“Si te
convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás;
y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi
boca”. (Jeremías
15:19)
Si alguien te dice de no juzgar, ni probar
los espíritus, no habla según Las Escrituras, ni la
sabiduría de Dios. En 1ª
Tesalonicenses 5:21 San Pablo advierte: “Antes bien,
examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno.”
“Queridos hermanos, no crean a
cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,
sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque
han salido por el mundo muchos falsos profetas.” (1ª
Juan 4:1)
Como
distinguir lo verdadero de lo
falso
Antes que aconseje de la forma de
distinguir lo verdadero de lo falso, quiero brevemente
anotar que Dios siempre nos ha advertido contra
la
CONTAMINACIÓN de la
IDOLATRÍA y de los YUGOS DESIGUALES con
los incrédulos. Dice San Pablo:
“¿Qué COMUNIÓN tiene
la
LUZ con las TINIEBLAS, o un creyente
con un incrédulo?”
Permítame definir la forma en que podemos
discernir la verdad de la mentira. San Juan dijo que
tenemos el Espíritu Santo y ÉL NOS AVISA cuando hay
PELIGRO, pero el Espíritu Santo nos lo recuerda mediante
la
Palabra del Señor. Si no conocemos,
ni hemos entendido la Palabra de
Dios y la doctrina sana, será mas difícil diferenciar lo
que es puro y de lo que está contagiado.
“Todo el que se descarría y no
permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el
que permanece en la enseñanza sí tiene al Padre y al
Hijo. Si
alguien los visita y no lleva esta enseñanza, no lo
reciban en casa ni le den la bienvenida.” (2ª
Juan 1:9-10)
“Os he escrito esto sobre los
que os engañan.
Pero la unción que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que
nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según
ella os ha enseñado, permaneced en Él.” (1ª
Juan 2:26-27)
Aquí tenemos unas amonestaciones para
ayudarnos a diferenciar y desechar. La oleada de
falsos maestros viene y ya han llegado. Así que en las
palabras de Cristo dijo: “No dejas que nadie
te engañe”.
“Así ya no seremos niños,
zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá
por todo viento de enseñanza y por la astucia y los
artificios de quienes emplean artimañas engañosas”.
(Efesios
4:14)
Con estos pensamientos quisiera dar
ciertas pautas, haciendo así unas aclaraciones para que
podamos discernir lo falso de lo verdadero.
1)
Doctrinas o enseñanzas que
contradicen, o discrepan aunque sea solamente en un
punto a Las Escrituras deben ser evitadas. Donde hay un poco
de error con el tiempo entrará mucho. Un poco de
levadura leuda toda la masa.
2)
Maestros que no enseñan el temor
reverencial a Dios, pero hablan mucho de la gracia y
paz, y el amor, sin avisar de las consecuencias del
pecado, deben ser evitados. El temor de Dios
es el principio de sabiduría. El temor de Dios
y el amor por la verdad son un salvavidas.
3) Los
que no enseñan el dominio propio, la abnegación, y de
tomar la cruz cada día, deben ser evitados. Sin
la
CRUZ, el servicio a Dios sale del alma
y es allí en las emociones donde el diablo se
infiltra.
4) Los
que dicen que Cristo pagó todos los pecados, pasados,
presentes y futuros, dando libertad de seguir pecando,
son enemigos de Dios. El que continúa
en el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el
principio.
5) Los
que no predican la santificación, y que solo hablan de
bendición y prosperidad, deben ser evitados. La
Biblia dice: “Poned la mirada en
las cosas de arriba, no en las de la
tierra.” Los que
solamente piensan en bendición, prosperidad, sanidad y
sus intereses, son terrenales, y un paso antes de lo
diabólico.
6) Los
que van por libre y no se sometan a una autoridad, ni
reconocen quienes han ido antes de ellos, son un
peligro.
Buscan alguien que les aplauda y les de lugar de
prominencia en la Iglesia y así
se venden y quedan atrapados por Satanás.
7) Donde
la mujer es la autoridad en la Iglesia y no
está bajo sumisión hay peligro. San Pablo lo pone
muy claro en este versículo
“11
La mujer debe aprender con
serenidad, con toda sumisión.
12
No permito que la mujer enseñe al
hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse
ecuánime.
13
Porque primero fue formado Adán,
y Eva después.
14
Además, no fue Adán el engañado,
sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en
pecado.”
(1ª
Timoteo 2:11-14)
8) Los que no
resumen los requisitos Bíblicos para un anciano, pastor
o diácono.
“1
Se dice, y es verdad, que si alguno
desea ser obispo, a noble función aspira.
2
Así que el obispo debe ser
intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato,
respetable, hospitalario, capaz de enseñar;
3
no debe ser borracho ni
pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y
apacible.
4
Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le
obedezcan con el debido respeto; 5
porque el que no sabe gobernar su
propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de
Dios?
6
No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva
presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó
el diablo. 7
Se requiere además que hablen
bien de él los que no pertenecen a la iglesia, para que
no caiga en descrédito y en la trampa del diablo.” (1ª
Timoteo 3:1-7)
9) Los
que enseñan que la prosperidad es señal de bendición y
espiritualidad van por mal camino, y deben ser evitados.
Este
evangelio falso, enseña que la prosperidad económica y
el éxito en los negocios, son una evidencia externa del
favor de Dios. Suena bueno, pero
en realidad ha sido usado para enriquecer indebidamente
a líderes que explotan la ingenuidad de creyentes
sinceros que ofrendan su poco dinero, y el énfasis en “la bendición
material” es una mala interpretación de
la
Biblia. La
enseñanza es realmente una enseñanza del “materialismo”
que se disfraza como teología. El amor al dinero
es la raíz de todos los males.
San Pedro nos advirtió de tener cuidado de
los ministros codiciosos que utilizarían la palabra para
explotar a los creyentes - predicadores codiciosos que
desarrollarían una doctrina falsa de codicia.
Conclusión
Termino resumiendo esta enseñanza:
No se debe, ni se permite comer de
la
MESA del Señor, de su Palabra, y
también de lo que el diablo ha preparado para
envenenarnos. CUIDADO CON LAS
MEZCLAS.
Debemos pensar en todo lo puro, y evitar la
impureza a toda costa.
La DIETA
ESPIRITUAL del creyente debe ser
totalmente distinta a la “dieta” (metafóricamente
hablando) que comen los incrédulos en las escuelas,
universidades, y medios de comunicación que CONTRADICE
las enseñanzas de Jesucristo. El que ha sido
engañado será atrapado y esclavizado.
La VERDAD
LIBERTA, la mentira esclaviza.
Ten cuidado
de las mezclas, pues un poco de levadura, leuda toda la
masa. Un
poco de veneno en una buena comida, te puede matar.
Dios quiere
que sepamos discernir y que no vayamos a tientas como
los ciegos. Los ojos son para
ver, el espíritu es para discernir.
Y finalmente, seamos ESTABLECIDOS EN
LA
FE, conociendo bien las doctrinas
santas, para que podamos discriminar ante lo verdadero y
lo falso. Recuerda que los
lobos se disfrazan de ovejas y han conseguido esa piel
de oveja, engañando a alguien de la Iglesia.
Esta
oveja, ya muerta y ciega, les abre camino al redil.
Las ovejas
no perciben el peligro pues conocen la oveja que ha sido
engañada.
·
¿Cual ha sido su dieta mental, en el
mundo?
·
¿Qué es lo que se cocina en el mundo?
·
¿Cuales son los valores y metas de los
incrédulos?
·
¿De que te alimentas en casa después de tu
trabajo?
Hemos sido rescatados de nuestra vana
manera de vivir, no volvamos a los hábitos de los
antepasados, que eran idólatras. No seamos
avariciosos como los
paganos.
No se puede servir a dos señores - a Dios
y al dinero a la vez. El avaro es un
idólatra. Se ve sus valores
y prioridades en su gasto del dinero. ¿Qué por ciento
das a las cosas de Dios, y que por ciento del tiempo o
dinero inviertas en placeres y comodidades?
Donde está tu dinero allí estará tu
corazón.
La degeneración de la sociedad se describe
en la
Biblia como: “amadores de sí
mismo” es decir el egoísmo. “Amadores de
dinero” o el materialismo. Y tercero, “amadores de
placer” más que de Dios. Estas tres cosas
describen a los carnales. La pregunta es:
¿Somos
iguales que ellos? ¿En qué nos
diferenciamos?
Si vivimos para la gloria de Dios y el
avance de Su reino, se va a evidenciar en la manera que
vivimos y como pasamos el tiempo libre. En el trabajo
podemos ser similares, pero se ve el corazón en el
tiempo libre, y en la conversación y en los amigos que
elegimos.
Tengamos claro que hay dos formas de
vivir, y dos mesas preparadas y no podemos comer de la
mesa del diablo sin consecuencias eternas.
Los que rehúsan o se ofenden por las
disciplinas y los sufrimientos que padecemos, pueden ser
escandalizados y al final perdidos. (Hebreos
12:7-15)
“7
Lo que soportan es para su disciplina,
pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a
quien el padre no disciplina?
8
Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos
reciben, entonces son bastardos y no hijos
legítimos.
9
Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos
disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de
someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus,
para que vivamos?
10
En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un
breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace
para nuestro bien, a fin de que participemos de su
santidad.
11
Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de
recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin
embargo, después produce una cosecha de justicia y paz
para quienes han sido entrenados por
ella.
12
Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y
de sus rodillas debilitadas.
13
“Hagan SENDAS DERECHAS para sus pies”, para que la
pierna coja no se disloque sino que se
sane.
14
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor.
15
Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de
Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause
dificultades y corrompa a muchos.”
Conoce bien a los que te presiden en el
Señor y no dejes que cualquiera te imponga las manos,
pues puede transmitir su espíritu de error y cegar el
entendimiento. Además te puedes
quedar poseído por un espíritu inmundo que luego será
difícil echar.
Que la gracia de Dios, la comunión del
Espíritu Santo y la paz de Dios, guarde tu corazón sin
mancha, hasta el día del Señor.
Amén.
En el amor de Cristo,
Daniel |