Una palapra personal para ti
Hambre por oír La Palabra de Dios

19 de octubre, 2010

Muy queridos hermanos,

Hace años el Señor me avisó del hambre que venía.  Me dijo:  “Prepara graneros para el tiempo de hambre que viene”.  Me mandó que preparase graneros durante los años de abundancia, pues vendrían años de escasez.

GRANEROS

Dios, dio a José la visión de la preparación de graneros para asegurar la supervivencia del remanente escogido por Dios.  José preparó estos graneros durante los tiempos de prosperidad para tener provisión durante los años de vacas flacas.  Dios eligió a José para salvar la pequeña nación de Israel, y Dios mismo ha constituido los ministerios en la Iglesia, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, para edificar y SALVAR a Su pueblo, la Iglesia.

Obviamente, estos graneros no se refiere a graneros de trigo, sino que se refiere a hombres y mujeres FIELES y capaces de RETENER la palabra como han sido enseñados y lo suficientemente MADUROS en carácter para no traer desgracia sobre el nombre de Cristo.  Personas que guardan la doctrina apostólica, el evangelio puro, la leche espiritual no adulterada.  Personas que serán fieles a la visión y a la doctrina del gobierno de la Iglesia, quienes no se permiten ser minados por falsas doctrinas e ideas de hombres.

HAMBRE POR OÍR LA PALABRA DE DIOS

Ahora estamos viendo el cumplimiento de esta revelación.  Además de una crisis económico mundial, lo que más dolor me produce es la crisis de hambre por oír La Palabra de Dios.

Pocos son los hombres de Dios, los graneros, que han almacenado en sus corazones las palabras de vida para dar de comer al pueblo de Dios.

El profeta Amós profetizó:

“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán BUSCANDO PALABRA de JEHOVÁ, y no la hallarán.”  (Amos 8:11-12)

Por un lado, la crisis es que mucho de lo que se oye de los púlpitos es como paja y chuchearías, en vez de trigo y comida sólida.  Las ovejas necesitan comer REVELACIÓN de Dios, el Rhema, una palabra a tiempo de boca de los profetas que afirman, “¡Así dice el Señor!”

Por otro lado, la crisis espiritual que nos achaca es la falta de fe.  En cuanto al pueblo de Israel en el desierto la Biblia dice que la palabra NO LES APROVECHÓ, por no ir acompañada de FE en los que la oyeron.  La incredulidad que viene a consecuencia de las dudas que permitimos, fermenta la esencia nutritiva de La Palabra.

Cristo es el verbo hecho carne y CREYENDO su palabra comemos su carne y así recibimos su vida.  Jesús dijo:

“Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Porque mi carne es VERDADERA COMIDA, y mi sangre es verdadera bebida.  El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.”  (Juan 6:53-56)

GUARDANDO Y APRECIANDO LA PALABRA DE DIOS

Bienaventurados los que almacenaron las palabras de Dios en sus mentes y sus corazones durante los años de avivamiento.  Otros no se aprovecharon de lo que Dios había derramado, despreciaron el maná y volvieron a Egipto.

Los que APRECIAN la revelación que Dios da y la GUARDAN en sus corazones, SOBREVIVIRÁN al hambre que viene y que ya está vigente actualmente.  Los que aman a Cristo aman su Palabra, la guardan y no permiten que el ladrón les robe.

Aunque hoy día en España hay más que profesan predicar El Evangelio que hace cuarenta años, hay muchos que están mal nutridos y anémicos.  Su fe flaquea, su ánimo está por los suelos, y el fuego se está apagando.

¡Granero!  ¡Guarda el buen depósito que has recibido por la fe!  Mantente de pie a pesar de los vientos contrarios que vienen.  Habrá hambre por oír la Palabra de Dios.  Muchos ya andan buscando, vagando de un concierto a otro, de un retiro a otro, y regresan con el corazón aún vacío.

Compra la verdad y no la vendas, pues la verdad ha sido tirada por tierra y la mentira se ha sentado en el trono.  Manteniendo la fe y una buena conciencia podemos resistir los días malos y no naufragar en la tormenta.

¡Abróchense los cinturones que ya vienen turbulencias!

Vuestro compañero en la fe,

Daniel

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