La
llave a la Presencia de Dios:
La
Adoración
6 de mayo,
2009
Queridos
hermanos,
“Hablad a toda la congregación de Israel,
diciendo: En el diez de
este mes tómese cada uno un cordero según las familias
de los padres, un cordero por familia. EL ANIMAL SERÁ
SIN DEFECTO, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas
o de las cabras.”
(Éxodo 12:
3,
5)
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra
vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
CORDERO SIN MANCHA Y SIN CONTAMINACIÓN.” (1ª Pedro
1:18-19)
¿Por que el
sacrificio de animales en el Antiguo Testamento? ¿Porque Dios
insistió en el mejor del rebaño, un cordero sin mancha,
y no uno con algún defecto que no le importaba mucho al
dueño?
Dios es
supremo y nada menos que lo mejor de tu vida es
suficiente. Un corazón
dividido no le agrada. Si Jesús no es
Señor de todo, entonces no es Señor de nada realmente.
Lo que
retenemos perdemos, y lo que damos será multiplicado.
¿Por qué
quiso Dios que Abraham sacrificara a su hijo Isaac?
Ya había
dejado su casa, posesiones, parentela y su país. ¿Qué más podía
pedirle el Señor?
Pero lo más
precioso para Abraham era su hijo dado milagrosamente,
el hijo de promesa. No Ismael, el
hijo de la carne. Dios tenía para
Abraham una promesa grande y nada menos que un
sacrificio grande de su parte le podía hacer heredero de
esa promesa.
Dios ha dado
lo mejor.
No dio el ángel Gabriel, ni los serafines, sino
que dio a Su Hijo
unigénito.
En
Apocalipsis leemos: “Cantaban con
todas sus fuerzas:
¡DIGNO ES EL CORDERO, que ha sido sacrificado, de
recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la
fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!” (Apocalipsis
5:12)
LA ADORACIÓN
QUE SATISFACE A DIOS ES EL CORAZÓN TOTALMENTE ENTREGADO
A ÉL. A ésa
persona Dios da Su Presencia y Su poder y autoridad para
usar Su nombre.
El hombre con
un corazón DISPUESTO A OBEDECER, es el hombre con
autoridad sobre demonios y potestades. Él será digno de
gobernar, pues ha dominado su ego y Cristo es su Señor.
El que no
tiene dominio propio no debe gobernar a los demás. Dios entrega Sus
corderos a los que le aman
supremamente.
No se puede
servir a Dios con el corazón dividido. Jesús es el
único digno de honor y gloria pues Se humilló hasta la
muerte de cruz y Dios lo exaltó sobre todo nombre. Si Dios lo ha
honrado así, no podemos hacer menos pues nadie mas es
digno de abrir los libros y de juzgar a las naciones.
El que dio
su vida para salvarnos, tiene el derecho de juzgarnos.
“DIGNO ES
EL CORDERO” que ángeles lo adoren, los 24 ancianos le
adoren, que toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor para gloria de Dios
Padre.
Debemos echar
nuestras coronas a sus pies. La corona
simboliza nuestros éxitos, logros, valores, lo más
precioso para nosotros, lo que pensamos de nosotros
mismos, el ego, el
yo.
La corona de
laurel fue dada al ganador en los juegos olímpicos en
los tiempos Romanos. La corona
representaba honra y gloria para el ganador. Todo lo que
hemos ganado de alabanza y honra, el yo, puesto a los
pies de aquel que solo es digno de recibir la
gloria. El
que no quiso recibir gloria de los hombres en la tierra,
es ahora en Su exaltación digno de toda honra de toda la
creación.
Si nos quedamos con la gloria, estamos robando a
Dios lo que es justamente suyo. Y el que se
enaltece será humillado pronto o
tarde.
Pongamos
nuestra voluntad a Sus pies, los planes y aspiraciones y
sueños, lo que es más precioso y de valor, rendido al
Soberano, El que esta sentado a la diestra de Dios Padre
esperando que Sus enemigos sean puestos por estrado a
Sus pies.
Póngase al
lado de Dios y reinaremos con Él. Reinaras en vida
y reinaras en la eternidad, porque si le confesamos como
Señor aquí, Él nos honrará delante del Padre y de los
santos y de los ángeles en aquel
día.
La adoración,
un corazón enamorado con Dios, es la indicación de la
salud espiritual.
Si no eres un adorador, que adora en espíritu y
en verdad, serás inútil en la labor de Dios y un
impedimento a los que trabajan
contigo.
“Antes que nada, debemos darnos cuenta de que
la adoración no consiste en cantar himnos o coros, ni en
escuchar cantar a un coro, ni aun en orar, aunque todas
estas actividades son válidas.
Estas cosas pueden, o más bien deben,
llevarnos a la adoración. Aun más
importante es el hecho de que la adoración no es una
forma de entretenimiento espiritual. En la adoración,
no centramos nuestra atención en nosotros mismos, ni en
nuestras experiencias, sino en Dios. La adoración es
comunión directa, personal e íntima con nuestro
Creador. La
adoración es la actividad más sublime que puede realizar
el espíritu humano. Sin embargo, va
más allá del espíritu; involucra toda la personalidad
del ser humano.
También es un error pensar en la adoración
como algo que sólo hacemos en medio de la congregación o
en público.
La adoración debería ser la parte más importante
de nuestra vida devocional. De hecho, el
significado original de la palabra "devoción" es "un
acto de adoración". Si solamente
adoramos a Dios en público o en medio de la
congregación, nuestra adoración siempre será un tanto
artificial.
Será simplemente un “acto” religioso que asumimos
ante los demás.” (Derek Prince
“Libres para
Adorar”)
Fuimos
creados para adorar a Dios y de tener comunión con
Él. Todo lo
que impide esa comunión es una DISTRACCIÓN DEL PROPÓSITO
por lo cual Dios nos ha creado. Hagamos todo
para Su gloria en obediencia y con amor y estaremos
continuamente en la Presencia del
Señor.
María escogió
estar a los pies del Señor Jesús y de escucharle. Es una elección
no depende de la cantidad de trabajo, si todo lo que
hacemos es para agradarle, entonces estaremos adorándole
no importa la tarea en que estamos
involucrados.
Dios se
entrega a los que se entregan a Él. Al retener
nuestra voluntad y adoración y nuestro corazón,
impedimos que Dios se entregue a nosotros. Él quiere
nuestra adoración para poder cambiarnos a Su imagen y de
darnos Su gozo.
El gozo del Señor que es nuestra
fuerza.
Amen.
Suyo en el
servicio al Maestro,
Daniel |